Voy a despertarlo por la mañana pero ya no duerme. Se ha escondido debajo del edredón y hacemos como que me da un susto aunque los dos sabemos que es mentira. Nos reímos ¿Me ayudas a vestirme? No, ya eres mayor, vístete tú solo. Pero al final lo ayudo. Mamá, te voy a decir una cosa pero no te pongas triste. Vale, dime. Yo hubiera preferido no existir ¿Por qué dices eso? Porque no me quiero morir, pienso que me voy a morir y eso me pone triste. Pero no sabemos qué hay después de la muerte, a lo mejor no hay nada y entonces es como si no hubieras existido o a lo mejor hay algo bonito, nadie lo sabe. No, mamá, sí hay gente que lo sabe, la abuela Herminia sí lo sabe. Cuando voy a la piscina y me da miedo nadar yo siento la fuerza de la abuela Herminia y ya no me da más miedo. Yo no creo en dios, yo creo en la abuela Herminia y en los dinosaurios.
In love we trust.
Ahhh para empezar el día PUM para arriba, jeje.
Si la entrada me estaba pareciendo tierna, la frase final me ha terminado de destrozar. Ojalá nunca perdiéramos ese ápice de quéséyo que nos hiciera seguir siendo niños…
Increíbles… los niños siempre tan conscientes de todo y tan inteligentes.
Ellos saben lo que nosotros olvidamos hace tiempo.