Ivanadas: manzanas y tetas


Mamá, deja que te toque otra vez las tetas que las tienes muy blanditas. Tú eres la que te vas a morir primero porque eres las más vieja de la casa, después papá y después yo. Se queda callado un ratito. La muerte es para todxs, para mí también ¿Crees, mamá, que tendré una buena muerte?

Empieza los laberintos por el final.

¿Tango (el perro de su tía) es niño o niña? No sé, Iván, habrá que preguntárselo a él, a ver ¿Tú que eres, niño, niña o ninguna de las dos cosas? Yo depende del momento, mamá, cuando te quiero mucho soy niña porque te sale un rayo del corazón, que se va directo a mi corazón y después a mi “celebro” y así me siento niña.

Me acaba de entrar eso que me entra que me pasa una cosa grande en el pecho que no sé explicar y es porque te quiero mucho, mamá, siéntate a mi lado para comer.

¿Por qué las mujeres a veces estáis serias?

Me dice la tabla del dos, la del tres y la del cuatro. Le pongo sumas y restas y todo esto mientras se come el pisto. Problemas de huevos y gallinas, los va resolviendo todos, infalible, no se le resiste uno. Le pongo uno muy fácil porque ya se me acaba la imaginación. Mi “celebro” va más lento que el suyo en las cosas de los números. Así que le digo una chorrada: cuatro manzanas y dos niñxs. Pues… una ¿Cómo una? Piénsalo bien, Iván, tienes cuatro manzanas y hay dos niñxs ¡Una! Ya te lo he dicho. Joder, Iván, concéntrate, si es una tontería. Se empieza a cabrear: U-NA. A ver, piénsalo. Vamos a ver, mamá: hay cuatro manzanas, le doy dos a un niño, una al otro niño y U-NA para mí ¿O es que yo no tengo derecho? Me río mucho. Se ofende aún más.

Despertares


Voy a despertarlo por la mañana pero ya no duerme. Se ha escondido debajo del edredón y hacemos como que me da un susto aunque los dos sabemos que es mentira. Nos reímos ¿Me ayudas a vestirme? No, ya eres mayor, vístete tú solo. Pero al final lo ayudo. Mamá, te voy a decir una cosa pero no te pongas triste. Vale, dime. Yo hubiera preferido no existir ¿Por qué dices eso? Porque no me quiero morir, pienso que me voy a morir y eso me pone triste. Pero no sabemos qué hay después de la muerte, a lo mejor no hay nada y entonces es como si no hubieras existido o a lo mejor hay algo bonito, nadie lo sabe. No, mamá, sí hay gente que lo sabe, la abuela Herminia sí lo sabe. Cuando voy a la piscina y me da miedo nadar yo siento la fuerza de la abuela Herminia y ya  no me da más miedo. Yo no creo en dios, yo creo en la abuela Herminia y en los dinosaurios.

¿Por qué lloras, mamá?


¿Por qué lloras, mamá? Porque he tenido que dejar un proyecto de teatro que me gustaba mucho. Me abraza, me da un beso. Ya no lloras, mamá, que poco has llorado. Pasamos la tarde juntxs, como a nosotrxs nos gusta: Power Rangers y galletas con manteca de cacao y mermelada. Luego, en la calle, me toma de la mano y me la aprieta fuerte, fuerte, eres la mamá más valiente que conozco ¿Por qué lo dices? Pues porque dejas de hacer teatro para estar conmigo.