Inicio de sistema: dependencia económica y jurídica. Nos formamos, nos independizamos, nos hacemos autónomas y emancipadas y…
Romanticismo 2.0: dependencia emocional. Nos damos cuenta del engaño, la lucha se hace más sangrienta. Resistimos con la esperanza de que un día todo será diferente. Surge la autodefensa feminista y…
Nace el Romanticismo 3.0. Cuando ya creíamos que lo habíamos visto todo, el patriarquito que llevamos dentro nos la vuelve a jugar: las nietas de las dependientes económicamente, las hijas de las adictas emocionalmente, representamos la nueva generación de románticas, esas que creen que es posible tener una relación heterosexual basada en la igualdad. Nos creímos fantásticas, pensábamos que podríamos crear una burbuja en nuestras casas, en nuestras camas, aislar nuestro amor de la mierda de fuera. Todopoderosas. Como nuestras abuelas, que aspiraron a santas. Como nuestras madres, que aspiraron a super-mujer. Nosotras aspiramos y aspiramos toda la mierda de nuestras relaciones con tal de hacerlas perfectas, feministas, igualitarias.
Mujeres heterosexuales, las inteligentes digo, las fuertes, las solitarias que ansiáis ESE sueño: no existe. Y mientras antes lo aceptéis antes empezaréis a bailar. Os nombraría a todas pero tengo un profundo respeto por vuestro dolor. Ánimo, queridas, hay más tiempo que vida. Yo no pienso desarrollar una enfermedad autoinmune y siempre (n)os quedará el lesbianismo político.