cosas mías
Que esto es un curro
A los lectores de este blog, a los anónimos que nunca vi, a los lejanos que conocí por internet, a los familiares y amigos españoles que en la última visita a Sevilla me agradecieron mi escritura y que (sin yo preguntar) me dijeron eso de ¿Sabes que entro en tu página muy a menudo?… a todos ellos: muy señores/as míos/as, llevar para adelante un blog es un curro, por si ustedes no se habían dado cuenta. Y da mucha rabia y una se siente muy sola cuando no encuentra ni un solo post en respuesta a las entradas. Últimamente me había planteado incluso dejar de escribir A través del espejo de Alicia porque pensé que tenía menos audiencia que los documentales de animales de la 2, pero después de mi última visita a España me di cuenta de que me leía muchísima gente. Fue una sorpresa gratísima y completamente inesperada.
Así que, ea, a responder y dejar aunque sea un he estado aquí, que el recuadrito blanco de abajo no es otra cosa que la gorra vacía de un músico callejero. Y el leer sin escribir es como bajarse la música con el Emule, la autora no saca beneficio.
Sin noticias de ti
He quedado del todo sola y torpe en esta novedad que es tu partida. Mis manos, cerradas en puños, perdieron la arena entre los dedos y mis ojos atónitos se han llenado de un cansancio que desconocía. Porque como tu huida es nueva no sé qué hacer con ella. Se me ha quedado una cara normal, todo sigue igual y eso es lo que más me aterra. Tu muerte debía haber sido un cataclismo, debía haberme dejado sin aliento y en cambio sigo levantándome cada mañana para prepararle el desayuno al niño y me sigo cabreando por cosas que, si las comparo con tu partida, no tienen ninguna importancia. Y por eso estoy asolada, porque no lo estoy, porque la muerte es tan parte de la vida como un despertador que suena para recordarte que este día sí que te toca pelearlo.
No es justo que yo deba esperar lo que me toque esperar para darme cuenta de que realmente ya no estás. Cada una de las veces que tomo el teléfono para llamarte, cada una de las fotos que le hago a Iván para mandarte, cada vestido que sigo comprándome a tu gusto, para que me veas arregladita, son raquetazos al aire que asimilo tranquila porque hoy hace ya casi dos semanas y eso parece que no es suficiente. Llegó tu hora y yo no sé si llegará con ella otra hora, la hora de mi horror. La espero tranquila y esperanzada, haciendo mis cosas y mirando por la ventana, por si la veo llegar. Deseo tanto que esa hora me abrace por fin, poder llorarte, poder despedirme de ti, entender de una vez por todas qué coño es lo que significa esa frase que me repiten todos últimamente a cada momento: siento lo de tu abuela.
Contamos con un mapa bastante mediocre
¿Dónde estás?
Dios, si me rezas, te perdono
Con el tiempo, me he ido convirtiendo en un pulpo, en un ser emocionalmente deformado, con múltiples brazos, cada uno de ellos agarrado a una parte del mundo diferente. Me he empeñado en estirarme como un chicle gigante, resignada ya a la idea de que el núcleo de mi cuerpo, donde reside el corazón latiente (sangrante), nunca se multiplicará. Te echaré de menos suena siempre extraño en la boca de quién me despide en la puerta del aeropuerto, cada vez es diferente, nunca me resulta predecible, a pesar de lo cotidiano. Y es que al ser yo la que se aleja, soy yo la que más echa de menos.
Iván hoy es un puerto pero me doy cuenta de que algún día tendré que inventarme el mayor de mis brazos para acariciarlo en las noches en las que ya no duerma a mi lado. Cuánta vida le espera, cuántos amores, cuántas temperaturas diferentes, cuántos brazos que lo agarrarán fuerte. Su mundo es hoy literal y limpio, nuevo y tranquilo. Mi abuela en cambio se aleja y el brazo que un día le construí resulta tan corto como inútil para aliviar su sufrimiento. Esto me agota. No me resigno. Y odio que el acariciarle la frente no sirva absolutamente de nada.
La vida es una verdadera imbecilidad. No sé a quien se le ocurriría todo este circo. Pero la llenamos de petardos y fuegos artificiales cada 19 de marzo y de azahares cada abril y de películas bellísimas cada noche de miércoles… todo por inventárnosla placentera. Pero en realidad es rarita, y mucho. Aún así quiero tener, al menos, tres hijos más, todos con David. Se ve que en el fondo no debo estar tan cabreada con dios.
Cosas del azar
Tomo aire, cierro los ojos y me digo disfrútalo mientras dure: unos proyectos profesionales preciosos (de los de quedarse un ratito despierta por la noche para soñarlos y diseñarlos), algún que otro bolo con mi banda de jazz, el curro en la sala de fiesta bajo control (que expresión embustera donde las haya) y Marruecos que cada día es más mi casa. Le estoy pillando en truco a este país y eso es lo que realmente no termino de creerme. Me está calando dentro y me está modificando y mientras yo también dejo mi huella en él. Y os prometo que Marruecos es tela marinera, no hablamos de Bélgica ni Suecia ni nada por el estilo, aquí la vida es vida o muerte.
… e Iván ya empieza a hablar, en cinco idiomas. Criatura ¿Un día me odiará por ello? Y también empieza a cantar. Lo balanceo en su columpio mientras le lanzo melodías cortas que él repite con un oído tan extraordinariamente fino que parece que lleva todas las papeletas de hacerle la competencia al de su tía Irene, la cual puede presumir de por vida de proezas tales como la de aprenderse un concierto sinfónico de memoria habiéndolo escuchado una sola vez cuando contaba con sólo 10 añitos. Dios da pan a quienes se dedican a la venta de productos farmacéuticos. La menda nació con una oreja enfrente de la otra y sólo tras muchos años de estudio hoy puede cantar afinada. Cosas del azar.
Ole Penélope
Este blog lo celebra ¿Una copita de cava?
Se necesita sustituta
Las candidatas deberán saber hablar francés correctamente, fabricar marionetas, recitar, cantar y bailar. Además deberán tener experiencia en las artes de cambiar pañales, cocinar, limpiar y pasar la aspiradora. Imprescindible gran habilidad de distribución salarial sobre todo en las últimas semanas del mes.
La sustitución se llevará a cabo de manera total, se trata de una full inmertion, así que será imprescindible además saber convivir con un marido filósofo (filósofo de profesión, se entiende… DE PROFESIÓN, no estamos hablando por hablar, la cosa es seria). No se tendrán en cuenta, por tanto, las candidaturas de señoras con poca paciencia o violentas.
Téngase en cuenta que se trabajará sin contrato ni seguro médico, que la jornada laboral será de más de 12 horas y que se deberá reservar fuerzas para que al final del día aún haya en el ambiente la suficiente sensualidad como para que la llama conyugal no se hunda en el abismo de la monotonía. Abstenerse sado-dominadoras.
Market Value
Atravésdelespejodealicia– No pasa nada, Market, tío, para eso estamos. Además, con esa cara que tienes tú puedes escribir en mi blog cada vez que quieras.
MV– No, no, no me gustalía abusal. Ya me aplovecho bastante de mis tlabajadoles allí en Indonesia. Con podel mandal de vez en cuando algún mensajillo puñetelo me doy por satisfecho.
A– Como quieras chaval, pero ya sabes que tienes aquí tu casa.
MV– Glacias, glacias… pero dime ¿No quelías comprar uno de mis ploductos?
A– No, que me tangas seguro, se te ve venir Market.
MV– Bueno, como quielas pela hippie comunista, ya te conseguilé vender algo sin que te des cuenta.
A– Seguramente, pero mientras tanto en este blog nos vamos a cachondeallll de ti un ratito.
MV– Zola.
A– Empresario.
MV-Vale, muy intelesante su punto de vista. Que este día sea muy feliz y sonriente. Para Market Value.





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