-Nadie dibuja las raíces de los árboles pero los árboles tienen raíces, dice Y***. Yo a partir de ahora las voy a dibujar siempre ¿Ves, mamí?.
-Me encanta tu árbol, Y****.
Fue como si de pronto se hubiese dado cuenta de lo de las raíces, como si hubiese tenido una revelación, y en el mantel de papel del restaurante dibujó un árbol con raíces bien afianzadas y fuertes. Hicieron, entre los dos, una verdadera obra de arte. Fue una pena que Iván derramara el vaso de agua. Siempre derrama cosas en las mesas: zumos, agua, Acuarius… y los demás nos ponemos nerviosos y nos enfadamos porque se lo decimos mil veces: cuidado Iván, no vayas a tirar algo. Y al final… nada, lo vuelve a hacer.
Pero es que Iván tiene un pequeño “problemilla” con las manos. En realidad lo que pasa es que no tiene manos, tiene dinosaurios: la mano derecha es poseída frecuentemente por el alma de un T-Rex y la izquierda por la de un Triceratops y, bueno, todos sabemos que las relaciones entre ambas especies nunca fueron precisamente… diplomáticas. Así que Iván va andando por la calle mientras sus manos se pelean entre sí en sangrientas batallas prehistóricas que requieren toda su atención. A veces, cuando la cosa se pone seria se acerca mucho las manos a la cara y se pone bizco y la gente se cree que la mente de Iván va lenta o está estropeada o algo así. En realidad parece ser que el “problema” es que la mente le va muy rápido. O que el mundo va lento, claro. En cualquier caso este mundo se le queda corto, yermo, sobrio, aburrido… así que su mente viaja y las manos también. Y detrás viajan los vasos de Acuarius en los bares.
Fuimos a ver un espectáculo precioso en el Alcázar de Córdoba. Los chorros de las fuentes se teñían de colores y bailaban al son de una música medieval.
-Yo sé cómo se hace, dijo Y***, hay un señor abriendo y cerrando un grifo.
-Que no, dijo Iván, cada chorro está conectado a los demás por un cable rojo, ya me he fijado yo al llegar. Es el cable rojo lo que hace que funcione todo, no hay ningún grifo.
Después seguimos dibujando (esta vez en cuadernos, no en el mantel, para evitar tsunamis prehistóricos de Acuarius). Había un jardín y una flor. Mira mamí (dice Y***) ¿ves? Aquí hay un ratón que se está comiendo a la flor, por eso un señor ha venido y la ha metido en la maceta. Después la ha llevado a este jardín tan bonito donde estás tú, que la estás regando para que la flor se ponga contenta. Ahora la flor ya está contenta. El dibujo se titula “Las plantas y el jardín de Alicia”.
Oh Alicia, qué simbólico el dibujo y su descripción. Esa flor seguirá creciendo cada día más fuerte. 🙂 Un abrazo, me encanta leerte.
Hola, Alicia. Espero que aceptes halagos: me encanta tu blog, que está muy rechulo. Acabo de descubrirte y me gustas mucho. Te invito a pasar por mi cuaderno, que también es majete ;9
mi página: http://www.veronicacanales.com/
mi blog: https://canalesv.wordpress.com/
Un saludo, ¡
artista!