Raparse es volverte vulnerable, disfrazarte de roja, de puta, de mujer que abortó o ayudó a abortar, de bruja. Es asumir eso que fue castigo hasta hace solo unas décadas como arma revolucionaria. Es quedarme sin mi identidad andaluza ¿Dónde me coloco la peineta?¿Cómo me saco ahora los caracolillos?¿Cómo subo al escenario a cantar Yo soy esa si no me puedo hacer moño? Es que le dé algo a tu madre y a tu jefe. Que tu jefe disimule, que tu madre te diga cosas de cómo maquillarte, todo por el susto, que jamás mi madre y yo hablamos de cosas de esas. Hoy sí, hoy que estoy pelona me habla de sombras y eye liner. Raparse es coger la maquinilla y no pensar, es actuar, es dejar de importante si vas a gustar, es relajarte ante la posibilidad de ir un mes con pinta absurda. Es liberador, aterra, expone.
Si tienes coño, claro, si una polla cuelga de tu entrepierna entonces raparse no es más que ponerse fresquito para el verano. Por eso es maravilloso ser mujer, porque cualquier pequeño gesto es una revolución.
Alicia Murillo Ruiz 
Una rapada más. No lo hacía desde que tenía 22 años. Debo confesar que a pesar de lo liberador y lo a gusto que estás, esta vez, 14 años después me siento rara y muy expuesta a las miradas.
Un saludo
Y es autoafirmarse, demostrar a lxs demás que no existe un único patrón de mujer, y al pasearte orgullosa, hacer que hasta les guste.
Me encanta observar las mil y un maneras de ser mujer que existen. Una manera por cada mujer.
Donde tú ves en una melena, quizá, un conformismo con un rol impuesto por la sociedad, yo veo un estado puro y salvaje de ser mujer.
Y me encantaría ver que así, cada una con su visión, se respetara tal cual. No será de extrañar que muchas críticas te vendrán por parte de mujeres, mujeres que no comprenden que ser mujer es ser libre sin ser juzgada.
Yo no puedo más que aplaudirte y felicitarte por ser tan mujer.
Es curioso como una cosa tan tonta como raparse cause tanto impacto por ser una mujer quien lo hace, pero realmente es así. De pinta absurda, nada. Más allá de la norma estética que nos imponen, me parece un excelente ejercicio para cuestionar los roles sociales y de género.
¡Pues claro que sí! Cuestionando, que es gerundio.
Yo me he rapado varias veces en mi vida y ha sido… maravilloso. Te tachan, entre otras cosas, de loca, pero eso añade sal y aceite a la ensalada.
Recomiendo a todas esta experiencia.
Besos
Genial! Me ha encantado lo que dices y el cómo lo dices.
Yo también lo viví así. Ya lo conté: me animó sobre todo enfrentar el miedo a estar fea, a no gustar. ¿Y qué pasó? Que resulta que me sentí más guapa que nunca, porque me había quitado de todo artificio, y esa June que quedaba me gustó. Y sí, no dejan de ser curiosas las reacciones del entorno (en mi familia también las mujeres fueron las que más se disgustaron, mi madre y mi abuela), y ver que un artículo en el que hablaba de un gesto aparentemente irrelevante como es cortarse el pelo se convirtió en un éxito, porque la gente entendió que es una de tantas pequeñas revoluciones. Ya tengo ganas de volver a raparme.
Es verdad, es fantástico quitarse ese símbolo, poder ser libre y demostrar que decides sobre tu cuerpo aun mas cuando vives en una sociedad conservadora, que incluso tu madre no te deja ir a visitar a su familia por tener el cabello corto. Cuando lo hice era muy pequeña y fue una forma de aceptarme como mujer y de liberarme de prejuicios que hasta ese momento me hacían daño, gracias por la publicación me recordaste como se siente raparse.
Llevo desde los 14 años rapándome y dejándome de nuevo los «caracolillos», y mi comentario favorito sobre todos los demás ha sido siempre el de:
– Pero niñaaaaaaaa, con lo guapa que tú ereeeeeeeh…..
…Y yo siempre me he visto más guapa peloncita, pero según las abuelas, la belleza está en los rizos!
Llevo ya dos años de melena estable, y me acabas de PROVOCAR… Maldita Bruja Tentadora del Infierno!!!! 😉
da igual con melenas que rapada mientras estés empoderada, pero lo de «la mujer en estado puro» choca al lado de «me encantan las mil formas de ser mujer», a lo mejor es que estoy susceptible o que los días impares me vuelvo un poco posmo, pero, al igual que una melena no tiene por que ser una reafirmación del rol asignado, tampoco creo que debería verse como pureza o esencia de mujer. un saludo