No me gusta que me exijan, ya me exijo yo. No me gusta, me pone muy nerviosa ¿O es que tú te crees que a mí no me cuestan trabajo las cosas? No, ya, pero a ti se te pasa rápido, tú eres muy fuerte. Las putas hacen un trabajo como otro cualquiera, todo está en el tema del estigma, pero por lo demás es igual que cualquier otro trabajo. También prostituyes tu mente y tu cuerpo 8 h. diarias delante de un ordenador. Es lo mismo. Vamos a exigirles a las putas que se empoderen porque el estigma es una muestra de lo miserable y reprimida que está la gente con el tema del sexo y ellas en cambio no lo están. Ellas son mejores, pueden con todo. Ea, ya está, que las putas se empoderen, coño, con dignidad, Nerea, y si alguna sale vomitando de un coche donde acaba de practicar una felación es porque no está empoderada. Qué chunga la tía, uy, qué antigua. Que salgan a la calle y si alguna se tapa la cara en las manifas la criticamos por cobarde e incoherente con su discurso, desde nuestro cómodo sofá queer o de la igualdad. Alicia, empodérate, que tú no eres monógama, no flaquees que como estás tan convencida de que la fidelidad impuesta es una herencia judeo-cristiana, pues eso, que ya con teorizarlo podemos exigirte que no tengas celos si se folla a alguien por ahí porque entonces sería confuso lo que predicas. Las mujeres es lo que tenemos, que valemos más que ellos, tiramos para adelante con todo mientras nuestros hombres nos miran desde sus masculinidades obsoletas, cuestionadas, masculinidades en crisis, muy tiernos ellos, muy de llorar porque son hombres sensibles, mientras nos dicen: sí, estoy tan flojo, lucho tan poco y a la vez te admiro tanto que ni dura se me pone. Contigo. Con la universitaria del 5º me hago unas pajas espectaculares. Pero tú es que puedes con todo y por eso encima es culpa tuya todo esto, lo mal que lo estoy pasando y tal, el que no se me levante, en fin todo. Tú eres responsable porque para eso haces. Tú haces cosas todo el rato, yo no. Es que lo haces todo tan bien que me anulas. Y si no es culpa tuya por lo menos todo te cuesta menos que a mí. Todo, para ti es fácil. Pero sigue partiéndote los cuernos que me voy al bar a seguir ignorándote. Cómo somos las mujeres, las empoderadas más y las empoderadas y feministas todavía mejores. Las mejores. Perfectas. Perfectas. Perfectas. Las amigas nos admiran mucho y las desconocidas nos tratan como al oráculo de Delfos. El oráculo de Delfos era, simplemente, un pozo, unos vapores que dejaban a la peña narcotizada.
Empodérate tú, si eres tan lista
Oráculo de Delfos
PD: De vez en cuando, preguntadme cómo estoy.
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Maaadre mía, Andreana No sé qué, vaya perorata que me has soltado. Por favor, relee mi texto. Precisamente dice lo contrario de lo que has entendido. Se llama ironía y algunas aún la conservamos. Estoy CRI-TI-CAN-DO a las mujeres que llaman puritanas a las putas que vomitan al salir de un coche. Joderrr, la peña, qué mal está. no sé por qué coño os ponéis tan nerviosas con este tema.
Y pregúntame como estoy, coño, que era una llamada de auxilio. Hay que ser muy muy pa coger un texto y entender en él lo que una quiere pa poder soltar la chapa aprendida. A ver quién de las dos es la inhumana.
Porque son problemas reales, y no tus pajas mentales de treintañera blanca y aburrida.
Mira, Andrea, resulta que esta blanca aburrida se ha pasado dos años de su vida cuidando a hijos de puta en África(no es una expresión, cuidaba de verdad a los hijos que las putas se veían obligadas a abandonar en orfanatos). En fin, que de los problemas «reales» de esos que tú hablas, sé un poco. No sé cuál es el color de tu piel, ni cual es tu pena, ni hasta qué punto estás implicada en ayudar a las prostitutas, pero jamás vuelvas a pasar por este blog para juzgarme sobre todo si no eres capaz ni de entender lo que escribo.
Que pasó? Como estas?
joe Alicia que cosa más auténtica y valiente.
Hola mujeres, gracias por vuestros mensajes. El texto no habla de una situación mía personal, al menos no solo. Yo estoy en un momento dificil de mi vida, es un momento de un cambio profundo. Pero en el post no solo hablo de eso. Quería, de alguna manera, resaltar como esta generación ha vuelto a cometer el mismo error que nuestras madres y abuelas pero en contextos diferentes: cargar con todo. Os abrazo! Gracias por seguirme.
Gracias Alicia, por ese texto tan visceral. Me ha revuelto los esquemas mentales con los del corazón y los del cuerpo. Da gusto que te sacudan así de vez en cuando.
a veces lo pienso: si mis ansias de poligamia no tendrán su base en los celos
puede que no sea incoherencia sino todo lo contrario
Como hombre lo que dices también me ha tocado la polla. Lo mío, no sé si fruto de una actividad mental febril, es la hiperexcitación pero compruebo últimamente que
es fácil caer en el victimismo de la polla blanda. Aún peor: podemos caer en la tentación de un exhibicionismo de la polla blanda
ya veremos
ahora te pregunto ¿cómo estás?
Si estás agotada o confusa, no tengas prisa, déjate llevar
ya volverán las fuerzas, las certidumbres, o lo que sea
Qué brutal eres, Alicia. Tu blog es una isla en la práctica feminista, a veces tan cerrada y exigente con nosotras mismas o con quienes no cumplen las expectativas del maldito cliché de turno.
Lo personal es político. Claro que sí. Hablar desde la víscera es lo mejor que se puede hacer para hacernos conscientes de nuestras contradicciones y hacerles frente -o no a todas, que quizá ya basta de exigirnos tanto, de ser tan superwoman, perfectas, lógicas y estupendas ¡A la mierda!-
Y qué queréis que os diga, yo soy una treintañera blanca, y diré más, anatema entre nosotras: hetero y monógama, provengo de clase media -aunque no pertenezca ya a ella- y lo he tenido jodidamente fácil en la vida. No voy a sentirme culpable por ello. La más grave de las inconsistencias es, precisamente, juzgar a las demás por sus elecciones, sea a la puta que vomita por puta y por vomitar, o sea a la treintañera blanca por no ser más desgraciada.
Y Alicia ¿Sabes que te quiero? Muak
Gracias, Alicia, por la generosidad, el valor y las tripas.
No te conozco, y por eso no te pregunto de vez en cuando cómo estás. Pero me importa, tenga sentido o no.
Gracias a tí por esto.
Un abrazo
Hola Alicia ¿qué tal estás? (en serio…)
Por cierto, gracias por tu trabajo.
Hay gente ve el resultado de la lucha que tienes contigo mismx y contra el resto del mundo, tan diferente a lo que te gustaría que fuera, y dice ¡JODER! Cómo te envidio. Cómo me gustaría ser como tú. Eres poderosa, eres genial. Se creen que puedes con absolutamente todo, cuando en realidad, muchas veces, la lucha te deja sin fuerzas, te entran ganas de mandarlo todo a la mierda, y que, por mucho valor que hayas tenido en comenzar a luchar, sigue habiendo cosas a las que no sabes cómo enfrentarte, o que, por el momento, te derrotan. La gente sólo cuenta con el resultado de lo que ha sido tu lucha, porque relatado queda épico, queda bonito. Pero la lucha sigue siendo lucha, lo cual lleva implícito que muchas veces será desagradable. Estarás mal. Querrás abandonar. Y hay quien tiene el valor de juzgar que abandonas o que te sientes derrotadx, cuando ellxs ni si quiera, como dices, se han levantado del sofá.
Llevo ya un tiempo pasándome por aquí sin comentar, pero esta vez lo hago porque me ha llegado muchísimo este texto, que espero haber entendido; lo que he sacado de él es algo que llevo mucho pensando, y es que somos humanxs, no diosxs omnipotentes, por mucho que haya gente que quiera vernos como tal… Decir más es darle más vueltas a la tortilla.
Un saludo 🙂
Oh, se me ha olvidado mencionar en el comentario: que muchas veces, la primera que me juzga soy yo misma, la primera que me reprocha que debería ser todopoderosa y poder con todo soy yo. Y justamente esa sobrecarga de peso en una misma es un error, como dices en un comentario: el mismo error que comete, por poner un ejemplo cercano, mi madre y me gustaría que no cometiera, solo que en un contexto diferente.
¿Cómo estás? ¿Que necesitas? A veces estos caminos nuestros son confusos siempre cansados. Un abrazo
Creo que llego tarde… pero era justo lo que necesitaba leer hoy. ¡Gracias!
Por cierto, ¿qué tal estás? 🙂
Hola Alicia, ¿Cómo estás? Espero de verdad que mejor 🙂
Leyendo tanto la entrada como los comentarios me vino a la cabeza la dichosa «salud mental», y cómo la podemos entender desde el feminismo, qué cosas nos hacen pasar una mala época, qué «arreglos» encontramos, qué sentido le damos y lo más importante, cómo y de qué forma salimos.
Es mi tema de siempre, porque veo el mundo desde la posición del cabreo absoluto hacia la patologización y la medicalización de la vida, hacia las pastillas y los diagnósticos psiquiátricos, y todo lo que implica. Escribo sobre eso, básicamente, aunque se me cuelan un montón de cosas más. A lo mejor no es tu mejor momento para leer sobre eso, pero tu entrada de hoy me hizo pensar en la «locura» como resultado de vivir en un mundo propio,de vivir como creemos que deberían ser las cosas, a ver si de rebote acaban pareciéndose, que no siempre se entiende, y las ganas que tenemos a veces tanto de ser fuertes como de todo lo contrario.
Es cansado,y está lleno de orgullo y rabia a partes iguales. A mi me tocó conocer la «esquizofrenia», y sobre eso escribo, dándole luminosidad y quitándole el rollo cenizo y macabro que me tiene hasta los ovarios. Ojalá te pase como a mi, en el sentido de que cuando me canso mucho, exploto o me encojo o algo pero luego recupero fuerzas y soy más fuerte y más lista y más loca que antes.
Te dejo el enlace: http://esquizoque.blogspot.com.es/
Un abrazo muy grande, Alicia, siempre me encanta tu blog, y tus videos, pero la entrada de hoy me llegó de otra forma.
Paula