Esta tarde tres hombres me increparon por la calle. Me eran completamente desconocidos. No estaban borrachos, ni drogados, ni mal de la cabeza, tampoco eran indigentes ni nada parecido. Eran tres hombres jóvenes normales y corrientes. Uno de ellos me gritó algo que no quiero repetir, algo grosero, fuera de lugar y ofensivo. Lo de siempre, hasta ahí sin novedad. Los otros dos rieron escandalosamente. Suelo contestar de forma enérgica a ese tipo de agresiones y la respuesta del macho suele ser bajar la mirada. Normalmente me basta pararme y mirarlo fijamente y en seguida se ruborizan, se avergüenzan de su propio comportamiento. Algo bueno tiene la tradición judeo-cristiana: nuestros machos están llenos de culpas en lo que al sexo se refiere. Otras veces en cambio… eran tres, me miraban con desdén, me increpaban y se reían de mí con el paternalismo de quien se ríe de una fierecilla indomable. Así veían mi indignación, mi desplante, mi perder los nervios. Una fierecilla.
Sólo una mujer sabe lo que supone caminar por la calle con miedo a perder la dignidad cada dos manzanas. Llegué a la cafetería donde había quedado con mis amigas llorando.
Te mando un abrazo muy fuerte. Resiste, Alicia, resiste!
Gracias, hermana, estoy segura de que viviste cosas así muchas veces tú también.
Que lo que no nos mate, nos haga más fuertes..y más y más…como Agustina de Aragón y sus cañones! 🙂
1 saludo
Y que lo digas!
Ineresantisimo relato. Si bien la parte aleccionadora y moral existe y vale, no es lo que mas me interesa. Es un relato atractivo. Tanto que hacia el final pense que la cosa se ponia mas espesa aun. O nos dejabas a todos colgando con un «continuara» (como hago yo, jejeje).
No se trata de un relato, es una ánécdota muy desagradable y completamente real que me ocurrió el domingo pasado.
La última frase es necesaria para mí puesto que lo que pretendo en este blog, en parte, es intentar que los hombres entiendan cómo es la vida de las mujeres.
Me alegro de que te haya gustado. Bienvenido. Un saludo.
Insisto en que te reconozco la parte testimonial.
Siento cariño por este blog.
Me gusta.