El día que nací en serio

El día que Iván nació permaneció sereno durante muchas horas. Lo recuerdo en una cuna muy bien iluminada, a escasa distancia de mi cama. La habitación estaba llena de gente, unos entraban y salían, otros lloraban y se abrazaban y nosotros, mi hijo y yo, nos limitábamos a lucir pasivamente varios manojos de tubos y cables que nos colgaban de los brazos y de la nariz. Iván permanecía en su cuna rodeado del aura de armonía más bella que yo hubiese visto nunca. Hacía tan sólo unos minutos que dormía al abrigo de mis vísceras, con el latido de nuestros dos corazones como única compañía y de pronto se vio literalmente arrancado de mi barriga, rodeado de un grupo de enfermeras que lo movían de forma alarmada, de una camilla a la otra, comprobando sus reflejos, su peso, su respiración, para por fin situarlo en una cuna iluminada con aquel foco implacable. Y a pesar de todo Iván permaneció tranquilo, parecía un anciano acostumbrado a las cosas, un experto de vivir, de la luz, de los ruidos, del frío. Iván no lloraba, sólo estaba en un estado de quietud en el que no añoraba nada. Yo en cambio agredía el tiempo. Me habían sedado contra mi voluntad y luchaba con el sueño y las expectativas de los demás. No deseaba tomar a mi hijo en brazos o al menos no tenía prisas por hacerlo. Tenía miedo, pero no era un miedo normal, no era ese miedo de querer salir corriendo, ni el de taparte la cabeza con el edredón. Tampoco era un miedo de rezar, ni un miedo de desear que te trague la tierra o de querer morir. Era un miedo distinto, era la conciencia nueva de estar atada a la vida hasta el final de mis días sin tener la menor idea de qué era precisamente vivir. Era el saber de golpe que nunca podría hacer las cosas tan bien como Iván merecía, darme cuenta de que nunca podría estar a la altura de esa paz de la que Iván disfrutaba. Qué graciosos/as son los/as médicos/as cuando hablan de la depresión postparto.

2 comentarios en “El día que nací en serio

  1. Como no se va a comentar una entrada tan divina , en la que me has puesto los pelos de punta y dónde para mi la resolución fue que ahora sabia lo que me querían mis padres, un beso Alicia no dejes de iluminarnos con tu pluma y con tu voz.
    P.D.: una queja debe haber algún error que no me deja hacerme seguidora

Si vas a comentar debes saber que: si eres hombre tendrás menos posibilidades de que te lo publique y que si me insultas o hablas con tono paternalista o faltón no tendrás ninguna. No acepto opiniones, ni consejos, soy así de chula. Adiós.

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