Que no se me olvide que puedo salir a la calle con el pijama puesto; tengo que acordarme de que tener la casa sin muebles no mata a nadie, que ganar dinero es ganar dinero, que hay gente que mira a los ojos y te ve por dentro. Que no se me olvide que compartir es una forma de extenderte, que sólo soy cuando pienso en ti, en ellos, en cualquiera y en darme la oportunidad de darme. No debo olvidarme nunca que las escaleras se suben con las piernas, que un dátil es la sonrisa, en una esquina, de un vendedor ambulante de cigarrillos que adora a Iván, que los seres humanos estamos hechos de piel, que siempre fui de Marruecos, que España siempre fue Marruecos y siempre lo será. Que no se me olvide nunca Marruecos.
Dentro de poco volveré a casa. Empieza la cuenta atrás, creo que mi corazón se va a quedar en África para siempre. Eso espero, no debo olvidarme nunca de Marruecos, el país más bello del mundo.
Y tú cada día escribes textos más bellos. Tampoco lo olvides. Nunca digo nada, pero te voy siguiendo. Suerte con todo. Abrazos a los tres.
Andy.
Sinceramente, Andy, viniendo de ti es un gran honor porque sé que eres un gran lector (de cantidad y calidad).
Un abrazo y a ver si nos visitas en Marrakech o Sevilla.