
Este es mi blog y aquí digo lo que me da la gana y me dejo rebosar de cabreo, relamiéndome en mi impotencia, poniéndome todo lo pesada que me tenga que poner porque no basta una entrada ni dos ni cien. Por desgracia no bastarán mil y ni yo ni mi hijo veremos un mundo por fin libre de violencia contra las mujeres.
La hemos jodido con el karma y su puta madre que no me dejan desearle a mi vecino que por cada una de las veces que levantó su mano ayer contra ella le caigan siete años de desgracias, maldita sea yo por ser civil y cabal y contentarme con llamar a una policía que no se digno en responder si quiera al teléfono en lugar de subir al tercero y con un palo darle lo que él dio. Cansada, harta, jodida, insultada como mujer me siento al ver desde mi terraza a una señora que en el salón de su casa no piensa en su hija si no en sí misma y en su propio miedo y deja que la
España no es mejor que Marruecos, es que allí las mujeres se maquillan los moretones con base de Margaret Astor, que aquí cuesta muy cara, y además Zapatero ha hecho una ley que dice que está feo pegar a las mujeres. Por eso los españoles cierran las puertas de las ventanas, para que los vecinos no vean las hostias desde las terrazas. Pero también por eso ellas no gritan, para que, de enterarse el personal, sea ya cuando no hay remedio, en el tanatorio.
El número de mujeres muertas a causa de maltrato en Europa es infinitamente más alto que en Marruecos. Hagan sus reflexiones.