Si yo debo decir la mía… os cuento, ahora que no nos escucha nadie que, cada mañana, al despertar, me invade una ansiedad terrible, una angustia de no saber afrontar lo que el día me tiene preparado. Para que nos entendamos, tengo miedo, recelo, jindama, inquietud, escama, terror, temor, pavor, pánico, espanto, susto, turbación, canguelo… llamadlo como querais, el caso es que me cago. Una parte de mí (cada mañana, insisto), quiere quedarse en la cama, hundir la cara en la almohada y decir un relajante y liberador no puedo. Pero no sé decir no puedo, no puedo decir no puedo. Pienso en Iván, en David, en mis padres y en mi hermana y es por todos ellos por los que cada día me levanto y aunque estoy hartita de lushá debo decir ¿orgullosa? que soy una miedosa valiente. Porque la cobardía no entra en mis terroríficos planes. No hay lugar en mi vida para la rendición y (cada día, cada minuto de mi vida, insisto) no es otra cosa que un sumergirme en una piscina olímpica rebosante de miedo.
Él guía mi vida, es la zanahoria del burro, lo sigo ciegamente y me lleva a hacer cosas que ni yo misma entiendo: cambiar de continente como de camisa, dedicarme a una profesión absurda, tener un hijo con un desconocido, hablar alto y claro incluso al jefe… mi miedo me tiene enganchada como una yonqui a la heroina. Cada mañana me despierto y él me reta y lo siento tan grande, posee hasta tal punto mi existencia que, sabiendo como sé del amor que algunos me procesan, sólo me queda el afrontar la vida como una mula, empujando hacia adelante.Los que no me conocen bien dicen: Qué envidia ¿Nunca tienes miedo?. En cambio los que sí que saben de mí me dicen: Tú palante, ánimo valiente.
Dicen que sin miedo no hay valentia… 🙂
Eso mismo siento yo, pero tiro del carro.
Olé mi niña, que bien cierto es que el
miedo y la valentia se dan la mano para
seguir caminando (luchando) por la Vida y
y por el amor de los que te necesitan.
Un besoAbrazo con cariño para ti y los tuyos.
miedo lo tenemos casi todos, pero tu por lo que escribes, tienes quien te haga levantar, otros no, agarrate a eso y lucha.
Miedo tenemos todos. Lo importante es que no te paralice. Si el miedo te paraliza entonces mal. Si el miedo no impide que sigas levantándote, vas por buen camino, el miedo no es más entonces que un medio para seguir avanzando. Pero qué digo?? Eso lo sabes tú mejor que nadie. Lo acabas de decir.
Sueno «autoayudítico», perdona mi soberbia mañanera… Cuídate y recuerdos a los personales!!! 🙂
Fdo: Andy Lozeau.
El miedo no me impide hacer nada pero sí que me impide disfrutar de lo que hago.