
La agresión ocurrió hace unos días en la puerta del restaurante donde este “señor” trabaja. En el momento de la agresión él se encontraba realizando tareas de limpieza en las cristaleras de dicho local. La agresión no fue verbal, J N realizó un gesto soez mientras yo pasaba. Lo puse de vuelta y media llamándolo sinvergüenza y pidiéndole explicaciones que, obviamente, no me dio. Se limitó a esconderse detrás de la esquina. Estos tíos, además de guarros, son bastante cobardes.
El destino volvió a unirnos esta tarde en mi barrio, manejaba una bicicleta. Lo paré e intenté fotografiarlo de frente pero se dio el piro. Él mismo se identificó como J.N.
Por desgracia la foto no es muy buena. Tiene el pelo moreno teñido con unas horribles betas rubias y mide 1,70 aprox.
Bueno, vaya galán de telenovela, je,je. A su repeinao engominado se le añade en perfecta combinación una especie de vestimenta medio monje-medio mecánico de arreglao pero informal. Pobre criatura, no sabe lo que se le ha venido enima, je,je …
Pues imagínatelo sacando la puntita de la lengua e inmediatamente después mordiéndose el labio inferior mientras encoge la nariz y te mira. Ese espectáculo tuve que presenciar, con betas rubias y todo.
qué pendejazo!