En la burbuja todo está en orden. Hay muchas cosas, casi todas nuevas. Hay promesas, hay futuro, protección, subsidios y quejas. La gente aquí se queja.
Por estos lares ando, aún de paso, preparando la vuelta definitiva. Últimamente me ha invadido una soberbia enorme, me parece que si me voy de Marruecos ya no va a haber una clase de música en DT los miércoles por la tarde y que cada mes y medio nadie llevará dos sacos con ropa de bebé al orfanato de I.