Ayer visité el orfanato de B. G., zona intensita donde las haya. En ese barrio me siento viva, no puedo evitarlo, me va la marcha. Era mi primer día como profesora de un taller de teatro y música para diez huérfanos de 9 a 11años. No hablo árabe, ellos no hablan francés. Me dijeron que la edad de los niños sería de 4 a 7 y preparé actividades para críos de esa edad (cambia muchísimo, creedme). El suelo estaba tan sucio que era casi imposible hacer los ejercicios de expresión corporal, los críos estaban muy sucios también, olían muy mal (pero muy, muy mal) y se pegaban entre ellos, me pasé el tiempo separándolos hasta que llegó la “intérprete”, otra huérfana (de unos 17 años) que sólo habla árabe. No voy a saber hacerlo, me dije, y quise salir corriendo de allí (os acordáis la sensación del primer día de escuela, cuando suplicabais a vuestras/os madres/padres… no me dejes aquí, me quiero ir a casa… pues poco más o menos así estaba yo). Al final tuve que comportarme como una adulta y quedarme. Qué difícil es ser mayor cuando por dentro se es chica.
Esto va a ser muy complicado, pero ayer conocí a Isabella, una francesa que no vive en Gueliz y que sonríe y aprieta fuerte la mano al presentarse ella misma. Y los niños también sonreían y me dieron besos al despedirnos y se rieron cuando nos revolcamos por el suelo polvoriento, cual croquetas rebozadas en pan rallado, con la música de Satie volando por el aula. Y cuando sonó Wagner un niño dijo que esa canción era la canción de la peli de Batman.
Curioso, porque Batman no tiene superpoderes, es sólo entrenamiento y tecnología, pero el resultado da el pego, eh?. A veces la voluntad mueve montañas. Bonito blog.
Eso espero. Por lo pronto les tengo preparada una clase para el próximo miércoles que se van a caer para atrás.El primer día me comieron por sopa pero esta vez voy preparada.
Más superpoderes?
Oye, el sábado coincidí en la cola del super con una señora muy guapa que me sonaba un montón, pero no la identifiqué inmediatamente. Iba con un niño también muy guapo que se estaba bebiendo la mitad de un yogur de esos que se beben (la otra mitad se la untaba por la cara). La superabuela guapísima llamó Iván al chico, entonces la identifiqué. Aaah claro! Seguro que de bodas también iba guapísima!
Síiiiiiii??? Qué coincidencia.Un besote Guillermo.