Doña Perfecta

Vamos que no… yo puedo con eso y con más, me digo, aunque en realidad siento una parálisis emocional, un miedo tan profundo y arraigado que quedó mimetizado en mi carácter, como la tinta de un tatuaje viejo difuminándose por la epidermis de un brazo cansado. Debo ser bi algo. Bipolar, bisexual, bípeda, bígama… o bitodo, yo qué sé. Hay siempre dos Alicias, una mira la vida y piensa que es mucha telita para ella. La segunda, impostora, se lanza en cambio al otro lado de cabeza. Luego el espejo se rompe y acaban ambas con la piel cortada en tajos sangrantes, tinta vieja brotando a litros y yo tirada en un sofá mirando el techo y preguntándome, una vez más, en qué me he equivocado. A la larga sale rentable, al menos a medio plazo. Así aprendí a cantar, respiré en tres continentes, me mezclé con sus gentes e incluso viví vidas de otras personas, vidas que el destino se empeñó en esconderme y que yo conseguí encontrar. Aunque, hoy por hoy, no puedo por menos que preguntarme si realmente era yo la que vivía todas esas vidas, me pregunto incluso si alguna vez tuve el valor de vivir si quiera mi propia vida, la única que me pertenece por derecho y deber. Hoy por hoy me he dado cuenta del engaño, me he hecho trampas a mí misma. Sin dramas ¿eh? hay cosas peores. Será el niño, que me ha hecho responsable, pero ya no puedo seguir así. Ahora voy a vivir en preescolar, empezaré por hacer palotes en una cartilla nueva y sin borrones, algo sencillito, con mis padres cerquita y en un país con seguridad social, derecho al voto y aparente igualdad. Cuando ya sepa hacer eso, me vuelvo a complicar si me apetece, pero eso sí, a partir de ahora, aquí mando yo.

Amos de casa

La empresa familiar está a nombre de su mujer y un hombre no puede ser mantenido por su esposa de manera que no puede usted gozar del permiso de residencia- Le ha dicho a David la funcionaria de la comisaría y se ha quedado tan pancha.
-Entonces ¿Todas las amas de casas de los empresarios franceses que viven en esta ciudad?
-Es distinto, ellas son mujeres… el siguiente.

Es lo que hay. Menos mal que David no es de los que se callan y después de mucho protestar nos van a aceptar un escrito en el que yo me hago responsable de su persona (curioso, no soy responsable ni de la mía ¿Cómo voy a ser de la suya?… pero eso es otro tema). Nos han dicho literalmente que no nos prometen nada pero que podemos intentarlo.

A mí esta situación me resulta cuanto menos curiosa porque en un país como este, con una tasa de paro tan grande, las familias no suelen escoger el miembro de la familia que trabaja fuera de casa. Si la mujer encuentra algo es ella la que sale, si es el hijo de 12 años, será entonces él quien sostenga la familia… estoy muy acostumbrada a ver mujeres limpiando suelos (de rodilla, a la antigua) por 200 Dh. al mes como también es normal ver los hombres desempleados sentados en los parques, tomando el sol sin hacer nada, con ese gesto pacífico y limpio tan marroquí emanando de sus miradas. Hay veces que del parque pasan al bar, entonces empieza el verdadero desastre, sobre todo para las mujeres, que además de mantenerlos deben soportar palizas y otras aberraciones. Pero por desgracia de eso ya sabemos mucho las españolas: nuestra sociedad registra un número mucho más elevado de mujeres muertas por malos tratos que Marruecos. Aquí las palizas pueden llegar a extremos tales como las mutilaciones pero los casos de muertes son muy raros (datos de la Asociación Widad, con la que colaboro actualmente).

Reflexionen ustedes.