El machirulo infiltrado

Imagen del proyecto Memes Feministas: 
Que no crea en la dualidad hombre/mujer no significa que no crea en la dualidad persona privilegiada/discriminada por el patriarcado debido a sus genitales. Esto tan sencillo, que de obvio da casi pena decirlo, resulta ser el trabalenguas traidor del machito moderno. Es el machito queer, el machito gafapasta, hay muchos ¿Sigo?… el machito cresta, el machito anarquista, el machito okupa, el machito, al fin y al cabo. El mismo de siempre. Es tu padre con 40 años menos, pero igual de misógino o más. De todos me parece el más peligroso porque es un verdadero infiltrado. Tienen acceso a asambleas, están entre nuestros contactos en las redes sociales, participan en nuestros debates y conocen nuestras estrategias de acción social porque están literalmente camuflados.
A veces son el novio de una de nosotras. El mecanismo, en esos casos, suele desarrollarse de la siguiente manera: el muchacho, que nunca se interesó por la situación de la mujer en la sociedad, conoce a la muchacha activista (que normalmente le da diez mil vueltas en cuestiones de inteligencia, elocuencia y preparación teórica y práctica en temas sociales y, en general, en la vida) y es entonces cuando en el interior del sujeto surge el cortocircuito: “mierda, el feminismo es un área donde socialmente no la puedo anular porque queda feo y porque el entorno no me lo va a permitir”. La solución viene entonces por  aprenderse cuatro frases de la Beauvoir y decir que ha leído mucho sobre el tema, abrirse un blog o algo parecido y desde allí hacerse el abanderado de la causa pro-derechos de las prostitutas, a favor del aborto libre y gratuito, de la lactancia materna y maternidades subversivas o cualquier otra cosa guay que mole mogollón. Curiosamente, nunca trabaja las nuevas masculinidades.  Pero si se quedaran en eso no habría problema, lo que ocurre es que, tarde o temprano, llega la frase en forma de imperativo: “lo que las mujeres debéis hacer… los colectivos feministas tienen que…”. Comienzan entonces a intentar gestionar una lucha ajena, una lucha que no han sufrido y ya sabemos todxs lo que ocurre con las luchas no vividas. En privado, el “machirulo-novio-molón-moderno-ay qué preocupado estoy por los derechos de mi chorba” no suele hacer el huevo en casa o habla faltando el respeto a su pareja o cree que cocinar es hacer la paella del domingo o que lxs hijxs se alimentan del aire o todo junto.
Otro espécimen es el cutre-queer (término acuñado por las mujeres de MemesFeministas a quienes saludo efusivamente desde aquí, hola amores). Son individuos que aprovechan la teoría queer para infiltrarse. Bajo la consigna “el género es una construcción social” dejan de cuestionar su posición favorecida de persona con pene y barba. Algunos incluso se hacen pasar por personas transexuales y aseguran estar hormonándose pero por alguna razón nunca les cambia el cuerpo, ni pierden vello, ni cambian de voz (sí, así de mal está la peña). La mayoría de ellos visten, hablan y se comportan como la sociedad espera que un hombre vista, habla y se comporte. Son verdaderos privilegiados por el sistema patriarcal cuando van a una entrevista de trabajo o vuelven a casa a las 4 de la mañana sin riesgo a que lo agredan. Gozan de todos los privilegios patriarcales pero no se les puede recordar porque se ofenden mucho, les “tortura” esta posición social de opresor que les ha tocado vivir. No soportan que nadie les hable de sus genitales y si osas llamarlo “hombre” la furia de los dioses machirulos recaerá sobre ti. Eso sí, ellos te hablan mal, usan también de forma sistemática el imperativo y el tono paternalista lo camuflan con el “nena”, “mona”, “cielo”, “cariño” que tan queer y delicado lo hace parecer.
Son infliltrados y no se me ocurre un nombre mejor para definirlos. Engañan a colectivos enteros y terminan comportándose como verdaderos gallos de corral. Por este tipo de asuntos es esencial el segregarnos. Las mujeres y personas transgénero y transexuales, como conjunto discriminado por el patriarcado, debemos tener nuestros espacios no mixtos. Por este tipo de asuntos entiendo que haya colectivos que den voz pero no voto a los hombres (creo recordar que es el caso de las Indignades en Barcelona, corregidme si me equivoco). Y quien no lo entienda que no espere explicaciones porque no las debemos.
Estemos atentas, compañeras, el enemigo duerme en las camas de las maltratadas y comparte casa okupa con las activistas.
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31 comentarios en “El machirulo infiltrado

  1. estoy seguro de que hay tipos así, se de alguno, pero no les presto atención, pero más allá de eso, en qué sentido el patriarcado no oprime también a los biohombres con sus espectativas,encasillamientos, encierros en armarios, etc? desde cuando la lucha feminista pertenece solo a las bio mujeres?

  2. Hola!

    Gracias por el artículo, nos mantiene alerta sobre nosotrOs mismOs! Sólo hay una cosa que me alarma, y es concebir que no te agredan (sexualmente) como un «privilegio»…
    Abrazos y gracias!
    á

  3. Gracias por el texto Alicia, y por puntualizar: a las asambleas de Feministes Indignades los biohombres cisgénero pueden venir a practicar la escucha activa, pero no intervenir. De todos modos eso tiene sentido cuando nos reunimos al aire libre, porque cuando hace frío nos reunimos en Ca la Dona que es un espacio feminista no mixto.

  4. Hola! gracias por visibilizar esto que tod*s vivimos además desde hace tanto tiempo. Es evidente que este tipo de «estrategias» son muy extendidas pero he de puntuar que muchas cis-tías también utilizan el feminismo o ciertas luchas políticas para abriste camino dentro de cierto «rollito» bien artístico, bien activista o el batiburrillo genera que se lleva en muchas ciudades y que promulga la institución. Por otro lado, un machirulo no sobrevive fuera de la heterosexualidad, se queda seco como un pescaete frito en el momento en el que se corta este sistema económico y político -como decía la amiga Wittig- que tan inculcado tenemos. Y eso querid*S, es cosa nuestra. Si aún consentimos relaciones heteros en nuestras vidas, es lógico que machirulos lleguen a nuestros espacios: y si, machirulos con una genitalidad muy diversa. Porque ya sabemos que los privilegios son una cuestión muy muy muy transversal, y de las relaciones de poder, por más que nos duela, no escapamos ningun*…

  5. Me ha gustado mucho. Yo personalmente he sufrido sobre todo dos tipos:

    – El machito de izquierda de toda la vida, que va de profeminista, pero ejerce un liderazgo asqueroso, acapara mucho, nunca limpia, invisibiliza el trabajo de las compañeras (a quienes llama 'mozas' o 'churris') y te toca el culo cuando se emborracha.

    – El hombre por la igualdad que sí que dice revisarse sus privilegios, que da talleres de buenos tratos y de nuevas masculinidades, pero que en caso de conflicto le sale el macho y ejerce poder como cualquier otro. Este es peligroso porque te pilla por sorpresa, ya que te cameló precisamente por saber tanto o más de feminismo que tú, por tener actitudes no normativas, etc.

    Menos mal que queda algún hombre que, a menudo sin plantearse nunca nada de feminismo ni de teoría queer, le sale de forma espontánea no ejercer poder y tratar a todas las personas como iguales, sin colgarse medallitas ni esperar aplausos. Esos son los únicos que me interesan (como amigos, vaya; como parejas y amantes hace tiempo que prefiero a las mujeres y trans).

  6. Desde que nos violan y a vosotros no. Desde que nos discriminan por nuestro sexo en todos los ámbitos de la vida a vosotros no. Desde que nos excluyen de los espacios de poder y a vosotros no. Desde que nos imponen responsabilidades domésticas y de cuidados y a vosotros no. Desde que nos limitan el derecho a hacer con nuestro cuerpo lo que nos dé la gana (parir o no, ponernos en tetas o no), y vosotros no parís, podéis enseñar vuestros pezones sin que os soben, y podéis follar todo lo que queráis sin juicio social.

    Y así podemos seguir un buen rato. Pero es taaaaan cansado soltar la misma charla todo el rato…

    Yo suelo utilizar un paralelismo: soy activista antirracista pese a ser blanca y no ser migrante. O sea, se puede ser blanca y antirracista. Creo que el racismo limita a todas las personas. Pero nunca en la puta vida pretenderé que yo, blanca, estoy tan oprimida como las personas no blancas. Nunca en la vida lloraré por lo mucho que me oprime ser blanca. Y nunca en la vida protestaré por no poder participar en espacios de personas migrantes, o de feministas negras, por ejemplo.

  7. No sabes cuánto te agradezco el artículo. Además de informar muy precisamente, me has hecho sonreír sobre el tema, cosa que creía imposible, dado lo mucho que me afecta el tema.

    Quizá me cueste reírme porque soy más radical: en mi opinión la teoría queer está viciada desde su origen, y creo que esa especie que describes (genialmente etiquetada «cutre-queer») es consecuencia directa de los principios de la teoría, y no de su uso indebido. Si la teoría -inicialmente con estupendas intenciones- hubiese estado bien formulada y desarrollada, habría prevenido abusos como el que mencionas.
    En el colectivo de mujeres trans estamos más que hartas de soportar al «hombre-que-se-dice-mujer», ni siquiera disfrazado, que frecuentemente se autodenomina «lesbiano» (tócate las tetas, oye), va de sensible y simplemente pretende sexo a cambio de una más que dudosa «solidaridad». Todo ello es consecuencia de que, en esencia, el queerismo establece que «si dices que te sientes X, eres X, y punto».
    Gracias otra vez por exigir rigor en un movimiento que pretende crecer y avanzar, y no moverse hacia el «todo vale».

  8. Las mujeres trans somos bio también, no somos de materia inorgánica.
    Y nos violan y nos matan también, más que a las cisexuales, por cierto.
    Y más de un grupo feminista no nos permiten entrar, para más inri xD

  9. También cis me parece muy ofensivo, Frida. No sé si sabes que viene del latín y que significa a «este lado», a «aquí, en esta parte», mientras que trans hace referencia a «el otro lado» a «lo de allí». Como ves la perspectiva no puede ser más normativa, convencional y machista, como si a un lado estuvieran las mujeres de pata negra y al otro las otras.

  10. Sí, sé lo que significa cis y trans. Cisjordania y transjordania son las zonas a un lado y otro del río Jordán. Yo lo veo como mujeres que vienen de la otra orilla, y mujeres que no han necesitado cambiar de orilla, no pata negra o pata blanca.

    En cualquier caso, he usado cis como respuesta a tu uso, previo, del prefijo trans. Lo que no se puede es usar trans como «opuesto» de bio.

  11. El binarismo en sí para describir a dos tipos de mujeres, empleando las palabras que quieras, me parece al mismo tiempo discriminatorio y necesario.

    Tú y yo hemos recibido discriminaciones diferentes, ni mejores ni peores, solo diferentes, y para reivindicar la justicia debemos atender y señalar a la separación de la que el patriarcado nos hace objeto.

    Otra cosa es que seamos conscientes de que esa separación es una construcción social, pero existir, por desgracia, existe y cada vez que la nombremos estaremos haciendo referencia a esa injusta manera patriarcal de clasificar personas.

  12. El discurso es el mismo que cuando un señor, blanco, europeo y heterosexual me dice: «Para mí hombres y mujeres son todos iguales, yo creo solo en las personas». Tú creerás en las personas, gracioso, pero igualándonos de esa forma nos pones en el mismo plano discriminatorio y… eso sí que no.

  13. Hola, tengo 17 años y cuando leo a mujeres como tú siento que se me abre un mundo que jamás me abría imaginado. Te doy las gracias por ello. (Vivo en un ambiente de hombres muy «progres» que claman igualdad pero que se sientan a esperar la cena viendo la tele)
    Mi pregunta es, ¿crees entonces que el hombre no puede jugar un papel importante en la lucha feminista? ¿puede sólo ser un espectador?

  14. Hola Martina, gracias por dejar el comentario. Hace tiempo que quiero escribir un post sobre el papel que, desde mi punto de vista, debe tomar el hombre dentro del feminismo. Es difícil resumirlo en pocas líneas pero básicamente creo que deben ocupar un papel en la retaguardia. No deberían liderar movimientos, ni abanderarse, ni pedir subvenciones para proyectos feministas… deben limitarse a preguntarnos a nosotras qué es lo que necesitamos y estar ahí para ayudar en lo que se les pida (que no será poco).

  15. Creo que hay que revisar esos prefijos como «bio» y «cis», personalmente prefiero usar el término «no-trans», pero si alguien tiene una propuesta mejor me gustaría conocerla.

  16. No había leído el artículo. Gracias, Alicia. Realmente están por todas partes.
    Y gracias a June por el comentario. Nada que añadir. Pero que cansino es tener que ir repitiendo siempre lo mismo…
    Un abrazo a las dos.

  17. soy inmigrante, soy mulato(rollo latinlover), soy feminista, y tengo pene y gafas de pasta tb. Por lo que leo aquí, parece ser necesario que cree un movimiento activista que encaje con mi perfil, para luchar al mismo nivel, en contra de toda aquella conducta que quiera atentar contra mi. Pero creo que si hago esto, estoy restando fuerzas a mi causa. Lo siento pero si alguien tiene la vehemencia, que me conteste que sensaciones os provoca la palabra misandría, porque para mí ese es vuestro único feminismo. Si de lo que se trata es de luchar todas juntas contra el patriarcado, cual es la razón de que me sienta excluida? Me niego a pasar por alto la incoherencia que supone para todo el recorrido de nuestra lucha, que una mujer hable con la vagina en contra del pensamiento de una persona con pene.

  18. Hola Sanel, este escrito no habla de hombres feministas, habla de machirulos infiltrados que es algo bien distinto. Si te has sentido identificado con él… por algo será. Como se dice en mi tierra: el que se pica, ajos come.

  19. ¡Hola!¿Qué opinas sobre el postulado transgénero que afirma que las transpersonas están más oprimidas que las cismujeres?
    ¿Y de que se acose a feministas radicales por estar en des acuerdo con la teoría transfeminista?
    Porque hoy en día,puede venirte cualquiera a llamarte privilegiada por cis mujer y afirmarse que se puede mantener los géneros sin los roles y características de cada género.

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