Hace unos años, cuando quería escuchar música, encendía la radio, ahora enciendo el ordenador; si quería ir a la compra, iba al supermercado, ahora enciendo el ordenador; si necesitaba un libro, iba a la librería, ahora enciendo el ordenador; si quería ver a mis amigos, iba a una cafetería, ahora enciendo el ordenador… A través de esta máquina, estudio, me comunico, trabajo, reservo, adquiero, pienso, respiro… Una amiga mía se dio de baja e Facebook hace unos días, a veces escribo en el estado cosas que siento y, al releerme, me da vergüenza. Es cierto, a través del ordenador, también sentimos pudor.
Esta semana, tras reflexionar sobre lo que mi amiga me contó, he tenido por primera vez el deseo de un suicidio cibernético: cancelar mis cuentas en Facebook, Google, Myspace, etc., etc. y en ese etc., por supuesto, incluí este blog. Por ahora he decidido no suicidarme, aunque de pronto, por primera vez, escribo con pudor porque mi desnudez emocional ha llegado a tal punto en las cosas que cuento aquí, que prácticamente siento que camino todo el día con el culo al aire. Me paro a pensar y me doy cuenta de que cualquiera que quiera saber de mí se va a encontrar con estos textos que no son precisamente ficción. Y cuando digo cualquiera quiero decir, por ejemplo, un/a posible futuro/a jefe/a, un/a profesor/a de la facultad o… dios, ahora que lo pienso ¡Cualquiera de mis ex! También puede entrar mi ginecólogo, las amistades de mis padres, las amistades de mis suegros, los vecinos, la maestra de mi hijo o… dios, ahora que lo pienso, cualquiera de mis exsuegros/as.
Es realmente intimidante pensar que nuestras vidas están expuestas, por primera vez en la historia de la humanidad, en una especie de escaparate internacional. A mí al menos me da mucho vértigo, no sé a vosotros/as. Eso sí, debo admitir que tiene algo de adictivo la sensación de desnudez: ésta soy yo, es lo que hay, ni más, ni tampoco menos.
Pues sí. A mí me ocurrió que una señora preciosa etc, confiaba en encontrar un trabajo para este «desastroso encanto» del que estoy compuesto. Mi madre, en vista del interés tan positivo de mi nueva amiga, la dijo que yo tenía un blog estupendo (sólo ha leído alguna ligera bella cosa) y, luego, se acabó y no supe más, así que entendí que era eso de lo que estaba hecho el amor.
PD: Todavía no había visto tu nuevo cambio de look a la página. Me da muchísima envidia. Ojalá me echases un cable o sugerencia para hacer estas cosas tan bonitas. Y también querría ponerme un statcounter. En fin, esas cosas que dejo siempre para domingos muy futuros.
Un abrazo.
¿No te dio el trabajo al leer tu blog? No, si ya te digo, estamos apuntando un misil contra nosotros mismos.
Lo del contador te lo digo por mail.
Hola Alicia! Alguien me dijo una vez que era un exhibicionista, por aquello de los blogs. Me pareció en ese momento un disparate, porque muestras lo que quieres compartir, y lo que no pues no lo muestras. Luego sí he pensado que llevar un blog tiene una componente de vanidad, porque después de dedicarle tiempo a tunearlo (por cierto, ahora que te leo en tu sitio y no a través del Google Reader, felicidades, está vacilón), pues te entran ganas de recibir algún feedback. Es vanidad o no? Ichsss…
Pero por mucha sinceridad que pongas en la redacción, no es tanto desnudarse, aunque estés compartiendo reflexiones muy íntimas, unas lo son más y otras lo serán menos, al fin y al cabo son reflexiones seleccionadas. No te hacen predecible, sino al revés, sigue suscitando curiosidad, por eso tienes lectores fieles.
Y de todas formas, puedes estar orgullosa de tu blog, chica! Es mejor que un currículum: un Certificado de tu Mobiliario Mental. Qué más quieres?!
Un blog, un espacio de opinión, un lugar exclusivo y autocomplaciente, que censura a los que disienten, que tanto da la corrección con que uno se emplee, un subterfugio y un sistema para redundarse egocéntricamente, es un coto propio para mirarse permanentemente en el espejo, una zona de sí mismo que sólo disfruta de su ombligo, que carece de todo salvo de vanidad. Me gusta el cáracter, me gusta la identidad, no veo mal incluso que se ostente. Lo que no trago y es desalentador es la hipocresía y el postureo. Ríete si quieres, pero tu estatura moral no me llega ni a la suela de los zapatos.
Evidentemente soy impulsivo. Debería de estar ya de vuelta. Allá tú con tu discrecionalidad. Que disfrutes sé donde no tengo que ir.
Hola Guillermo y ANX,
Gracias por vuestra participación.
ANX… eres supertierno, hay que ver las malas pulgas que tienes, lo de «tu estatura moral no me llega ni a la suela de los zapatos» te ha quedado muy humilde(hablando del tema…). Miarma, relajate un poquito, anda. No entiendo tu mosqueo, tú no te sulfures y ven cuando quieras por aquí.
Besos a todos.